Hotel Diagonal Barcelona

HOTEL DIAGONAL BARCELONA
Pentagrama en blanco y negro


El edificio lo constituye un prisma longitudinal, a modo de mampara, con voladizos verticales en la fachada que destacan como teclas blancas sobre un fondo. Una planta baja como un gran acuario, con edículos autónomos para los diversos usos, sumergidos bajo un techo ondulante de circunferencias.

La piel del edificio
Se trata de un prisma vítreo del que salen unos voladizos verticales pétreos. La caja de vidrio tiene tres tipos de opacidad y un color diverso en cada planta, una franja opaca negra que esconde el forjado y las instalaciones; otra serigrafiada, a la altura de una barandilla que da protección visual desde el interior, y otra transparente, a la altura de la ventana que proporciona vistas y ventilación. Estas franjas horizontales quedan reforzadas por un bisel de aluminio que marca cada planta. Sobre esta base homogénea se dan tres circunstancias: las fachadas de los testeros, la fachada oeste que da a la torre Agbar y la fachada este que da hacia una plaza interior abierta. Las fachadas de testero están marcadas con unas bandejas de hormigón blanco que marcan los forjados para mostrar la escala humana y significar el número de plantas. La fachada que da hacia la torre de Jean Nouvel está conformada con unos grandes voladizos de 2,5 metros que agrupan diversas plantas en vertical. Son tribunas opacas en su parte frontal, pero abiertas en sus laterales. El conjunto de voladizos se organiza como una composición sobre las líneas horizontales de las plantas, como si de un pentagrama se tratase. Las piezas de GRC blanco se superponen armónicamente sobre el fondo negro del cristal, evidenciando su volumen y marcando lateralmente su grosor, como una corteza superpuesta.
La fachada interior que da a la plaza es sin embargo más lisa y apenas tiene tres volúmenes: uno superior, a modo de voladizo, y dos grandes marquesinas, también en GRC blanco, que cobijan la gran escala del edificio dándole proporción humana y fijando el ámbito de entrada al hotel.
De noche el hotel ofrece a la ciudad dos caras distintas correspondientes a sus dos fachadas principales; en una, las teclas blancas que rebotan suavemente la luz proyectada creando un juego de volúmenes, y en la otra, se disponen 300 luces lineales de bajo consumo (leds), decrecientes a medida que se alejan de la avenida Diagonal, que crean un juego artístico en azul y ámbar, y que a la vez proporcionan una tenue luz piloto de compañía en el interior de las habitaciones.

El emplazamiento
El hotel se sitúa en la avenida Diagonal, la principal arteria de Barcelona, justo a la altura de la plaza de las Glorias, y comparte la manzana con el edificio de oficinas Torre Agbar, diseñado por Jean Nouvel. Dado que es imposible erigirse junto a esta singular Torre y escapar a su influencia, el proyecto pretende convertirse en una mampara de fondo de la torre y esquiva toda relación de lenguaje común que pudiera confundir el conjunto. Si la torre es cilíndrica y cromática, el hotel es prismático y se resuelve en blanco y negro.

Los interiores de la planta baja
La planta baja está inspirada en un gran acuario. Una caja de vidrio donde se distribuyen los servicios necesarios concebidos como volúmenes de formas orgánicas, exentos e independientes. El techo ondulado de circunferencias es la superficie acuática, y en el suelo, a modo de corales, anémonas, rocas, caracolas… yacen sumergidos los diversos edículos que albergan la recepción —a modo de un barco hundido—; el núcleo de comunicaciones vertical —como un coral—; los lavabos, las barras de bar, etc. Cada uno de estos volúmenes está revestido de un material diferente: cobre, madera, mosaico vítreo, cantos rodados, … y adopta formas sinuosas que envuelven y contienen las grandes pilastras que soportan el edificio.
El hall principal se sitúa en la entrada por la avenida Diagonal, con una zona de estar y el cóctel-bar, pero hay dos entradas más que cruzan la zona central del edifico, y que permiten acceder desde la plaza de la Torre Agbar o la plaza interior. En esa zona se sitúa la recepción con un vestíbulo de espera donde poder atender al visitante, así como los ascensores para subir a las habitaciones o bajar a los salones.
El resto de la planta baja está destinada a restauración, el bloque de los aseos separa el acceso a dos zonas: la cafetería Tecla y el restaurante Piano. La primera está constituida por un gran buffet escamoteable y una barra de bar. El restaurante se sitúa en el extremo final de la planta del edificio respecto de la entrada principal, acusando su forma aguda, y en él se disfruta de una excepcional vista panorámica de 180 grados sobre la futura plaza ajardinada.

La terraza
Desde el interior del restaurante Piano, o directamente desde el exterior, se accede a una terraza acondicionada como bar-restaurante. Cuenta con una ligera estructura recubierta de mimbre que pretende dar cobijo y calidez, como contrapunto al gran volumen y altura de los edificios que la enmarcan.

Las habitaciones
El hotel dispone de 240 habitaciones dobles de diversos tipos, que se distinguen fundamentalmente en dos modelos diferentes: habitaciones acristaladas con vistas directas y habitaciones con “cubo”, es decir aquellas que se extienden con un espacio en voladizo que es el que constituye cada una de las grandes teclas blancas que sobresalen de la fachada. Este espacio permite añadir al dormitorio un ámbito de pequeño escritorio y sala de estar, como plus respecto a la habitación estándar. Además existen 12 suites y 8 habitaciones especiales en las esquinas, que disfrutan de espectaculares vistas.

La cubierta panorámica
La cubierta se sitúa en la planta 10 del edificio, donde se encuentran las instalaciones principales del hotel, y una gran terraza forrada en madera, que cuenta con un solarium, piscina, ducha, y una barra de bar para cócteles y aperitivos. La cubierta se puede transitar prácticamente en su totalidad y por tanto obtener una espectacular visita panorámica de la ciudad de Barcelona, pues se distinguen todos sus hitos arquitectónicos y morfológicos, desde la montaña del Tibidabo o Montjuic hasta el mar, pasando por las torres de la Sagrada Familia.
Sobre la cubierta, a modo de pérgola, existe una ligera estructura metálica, transparente, en la que, a su vez, se encaja una bateria de noventa paneles solares que aseguran el agua caliente sanitaria al hotel. De esta forma quedan integrados —no disimulados— de forma armónica en el conjunto, superando la habitual colocación autónoma y siempre conflictiva de este tipo de elementos.

Grupo Urvasco, S.A.-Hoteles Silken, S.A.

Architecture: Capella Garcia Arquitectura S.L.
Architects: Juli Capella, Miquel Garcia
Interior design responsible: Lorelay Gazo, Pamela Könsgen
Project management: Pamela Könsgen, Lorelay Gazo, Joan Bozzo

Structural calculations: Obiol, Moya y Asociados, S.L.
Installation engineering: Celma Enginyeria Consulting 1300, S.L.
Site management: Tècnics-G3, S.L.
Quantity surveyor: Tècnics-G3, S.L.
Contractor: Dragados