Un yate para un gran viaje
El yate a motor Big Fish ha sido construido para expediciones en terrenos desconocidos, incluso para un viaje inaugural a la Antártida.
Un destino poco común para un yate, que normalmente se dirige a las playas de ensueño exclusivas de todo el mundo. El confort y la comodidad son un requisito indispensable para la estancia de los huéspedes, pero lo que hace especial a Big Fish es que resulta adecuado como barco de expediciones que puede navegar en alta mar. Siguiendo el sueño de libertad, no hay ningún límite para la aventura: los valientes pueden partir de viaje de investigación junto con expertos y jefes de expedición. Y esto hasta tres meses o hasta 10.000 millas, porque el barco puede estar en el mar ininterrumpidamente durante todo ese tiempo. Un reto para los armadores, porque junto al espacio para almacenar provisiones tan normales como la gasolina, el agua potable y los materiales consumibles, se deberán tener en cuenta el amplio equipamiento técnico para todo tipo de expediciones, así como superficies de almacenamiento para otros aparatos periféricos, como por ejemplo los botes de transporte y los botes auxiliares. Además, se exige el máximo en diseño, construcción, eficiencia en el suministro de energía, seguridad y confort.
Las fuertes líneas de las estructuras del barco y las superficies de formas de líneas corrientes corresponden conscientemente con los suaves bordes del cuerpo del bote de acero macizo. El valor del diseño, el tacto y la imagen de la superficie está en primer plano, pero al mismo tiempo el barco tiene que ser robusto y de fácil mantenimiento debido a la extremidad de las condiciones climatológicas y de la mar. De esta forma la cubierta está recubierta de un granito con un recubrimiento de resina epoxi en vez de la obligatoria madera de teca. Las superficies de cristal de la altura del espacio, el salón abierto y la zona de comedor generan una sensación de generosidad y amplitud. El punto culminante es el atrio de tres plantas con una pantalla gigante que abarca toda la altura del espacio. Cinco cabinas de huéspedes, cada una equipada con su baño propio, pueden alojar hasta a diez personas o, si se desea, se pueden combinar en dos cabinas VIP. Se dispone de muchos detalles agradables para la aventura del conquistador: una cubierta plegable en la piscina como una playa ampliada o la posibilidad de permanecer en el puesto de observación, todo para disfrutar de la sensación de libertad.
Un prejuicio muy extendido por todo el mundo es que un yate de lujo tiene que ser automáticamente lo peor para el equilibrio medioambiental. Todo lo contrario: la reducción del consumo de energía gracias a la iluminación LED de bajo consumo, la generación de agua caliente aprovechando el calor emitido por los generadores y los motores, así como las instalaciones incorporadas para filtrar las emisiones del carburante son sólo algunas de las características que en Big Fish ya son estándares. Sólo nos queda decir: ¡Barco a la vista! ¡A la conquista de nuevos mundos!
Bootsdesign/Interior Design: Gregory C. Marshall Naval Architect Ltd.
Werft: McMullen & Wing Ltd, Neuseeland
Armaturen Dornbracht: MEM