Fotógrafo: David Zarzoso
Fotógrafo: David Zarzoso
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A partir de la historia del lugar nace este proyecto de vivienda en el que las diferentes intervenciones que se han registrado a lo largo de los años han jugado un papel importante para su nuevo diseño y configuración. Ubicado en la planta baja de un edificio significativo de la ciudad de Valencia —La Finca Roja1— y partiendo de algunas de las características más importantes de la edificación como son el ladrillo rojo y las diferentes baldosas hidráulicas que dibujan el suelo, el propósito de la primera parte de la intervención ha sido preservar el carácter deconstruido del espacio, despojándolo de recientes adiciones y materiales innecesarios.
En segundo lugar, se viste una parte de él con madera de chopo teñida en negro, que se despliega y expande en el vacío interior a modo de material neutro. La imparcialidad de este color contribuye a que cualquier rastro histórico sea notable, bien los azulejos que atavían la chimenea, los techos, o las “heridas” que han dejado las distribuciones previas y que permiten leer en el suelo la multitud de estancias que originariamente formaban la vivienda. Se trata de un auténtico collage de hidráulicos valencianos que hacen del pavimento una composición extraordinaria en sí misma.
Sobre este escenario se combinan las características propias de una vivienda y zona de trabajo. Para crear ese carácter polivalente se sitúa una mesa en el corazón de la sala de estar, que servirá tanto de mesa de reuniones como de comedor. Su diseño se adapta al esqueleto del edificio, y abraza una de las columnas estructurales del apartamento.
Enfrentada a este, un escritorio, estanterías, y un volumen de armarios para el almacenamiento de material, recorren al unísono uno de los lados de la estancia, intengrándose en la propia armadura como un solo elemento arquitectónico. Este mismo territorio se abre hacia el interior e incluye una zona de televisión, lectura, chimenea, cocina, acceso a una pequeña terraza y comunicación directa con el resto de habitaciones.
La virtud de ser una vivienda dirigida al jardín central del edificio hace que la casa esté volcada hacia él y a una pequeña terraza privada rediseñada en madera de pino cuperizado —teñido negro—, como telón de fondo intimista de la naturaleza verde.
1 La Finca Roja: Construida por el arquitecto Enrique Viedma en 1929, este conjunto emblemático de viviendas con identidad de colmena toma el lenguaje del expresionismo holandés. La llamativa utilización de la cerámica verde y las singulares torres circulares que enmarcan los chaflanes, así como los miradores poligonales, configuran la singular fachada de un edificio que intentó conseguir un nuevo modelo de vivienda para la clase media marcando tímidamente el tránsito al racionalismo.
Design Team:
Francesc Rifé Studio
Fotógrafo: David Zarzoso
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