Fotógrafo: Daniel Rueda
Fotógrafo: Daniel Rueda
Fotógrafo: Daniel Rueda
El encargo de una familia de origen chino con varias generaciones dedicadas a la restauración era claro: convertir un almacén en un nuevo restaurante para el pueblo de El Puig (Valencia). El nuevo espacio estaría dedicado a una cocina de fusión asiática con ingredientes tradicionalmente mediterráneos. La familia quería un local diáfano, moderno, sin pretensiones dónde el foco estuviese en la gastronomía. Además, el presupuesto debería ser muy contenido y el resultado atemporal y duradero.
Con estas premisas, el equipo de Nada ha creado un restaurante tranquilo, con pocos elementos y dónde los materiales dialogan en un aparente contraste armónico.
Materiales puros
El restaurante se proyecta en un espacio diáfano con una gran barra central, una cocina fría visible desde la sala y un paso intermedio entre la calle y el interior.
Los materiales son simples: cemento, cerámica y madera. El espacio diáfano se mantiene como una caja donde paredes y pavimento son de cemento, manteniendo el aspecto industrial del pasado del local. En el centro, una gran barra revestida en cerámica azul cobalto emerge del pavimento. Al fondo de la sala se ubica una cocina fría revestida en su totalidad con la misma pieza cerámica. El efecto que se percibe es parecido a la sensación de estar en una cueva en las profundidades del mar.
Las paredes están acabadas en cemento en su color original y un bloque en el mismo material que crea una celosía que a veces deja ver qué ocurre detrás. Éste también es un guiño a la arquitectura típicamente mediterránea muy presente en la Comunidad Valenciana.
Mobiliario cálido y amable
En esta caja aparentemente áspera dónde la cerámica azul cobalto aporta el color y brillo que recuerda al mar, el mobiliario escogido contrasta por su delicadeza y suavidad. Éste conecta también con la personalidad asiática del restaurante recordando la arquitectura japonesa contemporánea. Mesas y sillas realizadas en madera de haya aportan calidez y la sensibilidad necesaria para sentirse confortable para disfrutar de la gastronomía.
Iluminación con soluciones sencillas pero muy sugerentes
La iluminación se ha realizado mediante carriles de focos que crean intencionados halos de luz en forma de círculos en las paredes, evitando lámparas que puedan restar flexibilidad al espacio. Sin embargo, el equipo de Nada, encabezado por Borja Hernández y Arcadi Martín ha arriesgado algo más con la iluminación de los baños, creando un efecto de degradados entre azul y violeta que se refleja en la cerámica blanca y se percibe desde la sala a través de la cortina industrial de lamas de PVC traslucido.
También han dedicado especial atención a la señalética interior. Se han diseñando rótulos retroiluminados que indican el uso de los espacios y zonifican el espacio bajo el sugerente halo de luz que crean.
Design team:
Nada: Borja Hernández & Arcadi Martín
Collaborator: Edu Covelo
Fotógrafo: Daniel Rueda
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