Fotógrafo: Felipe Fontecilla
Fotógrafo: Felipe Fontecilla
Fotógrafo: Felipe Fontecilla
“El mar desde muy hondo levanta su abanico de espuma que desecho, arroja contra las balaustras rotas. Los perros temen ese ruido profundo , ese trabajo insistente del agua que emplea siglos en mutar una forma, ruido que también sube hasta las casas que penden del acantilado descolorando sus tonos originales vuelvense inservibles esas enormes piezas abiertas al vacio y que cimbran incluso al paso de las animas en pena.”
Adolfo Couve, El Balneario
La casa esta ubicada en un terreno con una intrincada topografía que se encuentra a 35 metros sobre el nivel del mar y a 11 metros del borde, dentro del fundo La Boca en la playa de Tunquén. La dramática pendiente que considera una exuberante floración rocosa es comprendida desde una resignación ante la inevitable necesidad de construir planos habitables. “Es asi como la primera decisión se funda en el redibujo de las líneas de la topografía, evocándose la imagen de una estrella de mar que se abraza a la roca como si de ella succionara el caldo de proteínas que la anima y que con el espesor de su existencia transforma el frio en calor, en curva de vida a la errática rigidez de la piedra inerte.”
La casa es concebida como un volumen liviano, enteramente en madera de pino, asentada sobre un zócalo de hormigón que lo vincula a la rocosidad del terreno. Por el exterior, se ha trabajado como una cascara negra y continua, que ha sido recortada y despegada de la cubierta y del suelo en algunos puntos, para hacer aparecer los vanos de los ventanales y entradas de luz. No existen ventanas, sino vanos. Por el contrario, los interiores son continuos y neutrales. La lechada blanca sobre el entablado de muros y cielo cumple la función de conservar hasta el anochecer la iluminación natural en el interior, y por otro lado es capaz de delatar la variedad de colores que el Oceano Pacifico, el crepusculo, o la misma vegetación van sosteniendo como elementos escenográficos en continuo movimiento y transformación.
“Se aborda el color y la textura como una problemática arquitectónica a trabajar, la observación de la rompiente , con su binaria relación entre la espuma blanca que sacude la oscura roca se yuxtaponen con la presencia de los ennegrecidos y carbonizados chaguales en invierno. El acarbonamiento de la fachada intenta exacerbar la oscuridad del enramado de litres, boldos, chagualillos y chaguales.”
Programáticamente la casa comprende una habitación de generosas dimensiones para los padres, y dos mas pequeñas para los hijos, que ceden su espacio a una gran sala común de encuentro y actividad, en donde la cocina, el comedor y un escritorio que se abalcona al living actúan como articulador de los tres brazos, cuya independencia esta dada justamente por la distancia entre las piezas ubicadas en los extremos de cada punta. La casa comprende 5 niveles distintos.
Se utilizaron áridos y maderas de la zona inmediata, y maderas recicladas de antiguas casas de Valparaíso en muebles de cocina, comedor y living. Nos gusta pensar que existe cierta relación entre las alturas de estos nuevos espacios y las alturas de las casas y salones de donde provienen estas maderas. Asi mismo, guarda cierta relación la idea de cornisas, balaustras, guardapolvos y guardas a media altura, que van dibujando zócalos y divisiones en las paredes interiores de la casa al igual que los salones de principio de siglo.
La casa se nutre de un sistema de paneles solares y una bomba que extrae el agua de pozo y que cae por gravedad alimentando la casa, siendo este un sistema absolutamente independiente y autónomo. En el fundo La Boca no existe el tendido electrico. La potencia entregada por ambos sistemas si bien es ampliable, pone al usuario en una posición de ascetismo, al renunciar a los grandes consumos de energía de la ciudad.
“El chagual aparenta el carbón. Como los blancos postes de los bosques muertos en Coyhaique, pareciera que un lejano incendio oscureció su flor. Toda la flora guarda en su corteza los vestigios del pasado siniestro”
WHALE!
Branko Pavlovic & Pablo Lobos-Pedrals
Fotógrafo: Felipe Fontecilla
Fotógrafo: Felipe Fontecilla
Fotógrafo: Felipe Fontecilla